Mami, sí tiene principios Bíblicos.

Me he empeñado en ponerme unas gafas especiales cada vez que cojo un libro, prendo el televisor o abro una página de internet. Quiero poder identificar la verdad que se pueda encontrar en cada una de ellas y también el engaño, o los fundamentos basados en cosmovisiones distintas a la nuestra. Y esto es lo que le digo a mis hijos todo el tiempo. Vamos a ver, ¿Qué principios tiene esto? leamos, miremos, hablemos y pongámonos las gafas a ver si encontramos a Dios revelado en ello. Y si no, pues vale la pena (de pronto, no siempre) un poco de análisis para ver lo que no es, a la luz de lo que sí es, conversarlo, entenderlo y pasarlo. Cada vez se logra ver mas fácil, pero hay que entrenarse.

Es como un día que mi hijo estaba viendo «The Flash» una serie de Netflix. Yo quería decirle: ¡Ya sabes que tengo que verlo primero antes de que tu lo veas, no se de que se trata pero no me convence, Apágalo!…..bla bla bla. Pero pensé en las gafas y que no quería quedarme con la duda de qué es lo que hay en esa serie? por qué le gusta? qué tiene de malo? ¿o de bueno? y solo hay una manera de saberlo. Viéndola. Entonces me senté a su lado y vimos 15 minutos. Suficiente para identificar las verdades que comparte la serie; estas:

  1. La promiscuidad en los jóvenes es lo normal, no afecta su salud, emociones, ni su propósito en la vida
  2. Una pareja de novios puede vivir juntos y hablan tranquilamente de sus relaciones pasadas y las que tal vez tengan en el futuro.
  3. La venganza y el odio son herramientas para lograr objetivos, se puede tomar venganza en las propias manos

Ninguna de estas cosas las dijeron en las conversaciones de manea directa, simplemente vivieron en ello. Así pasaba la serie en medio de la promiscuidad, las relaciones fuera del matrimonio y la venganza como su normalidad. Su verdad, sus gafas, su fundamento.

Además de esto está la parte «chévere» de los super poderes, las identidades dobles, la vida normal aburrida donde no se cumple propósito mas allá que soñar con la otra vida donde sí se consigue ser «alguien». Y en la punta del iceberg, lo que se ve, los efectos especiales que envuelven todo este contenido.

Decidimos que se apagara el tv y que hablaríamos al respecto; Mi hijo no quería hablar porque estaba molesto, bravo porque «le apagué el televisor». Yo seguía pensando en las gafas que quería tener para poder analizar esto juntos y cogí la Biblia silenciosamente, rogando a Dios en mi corazón que nos hablara de alguna manera al respecto. Abrí en la parte donde íbamos por orden en la lectura diaria de toda la biblia que hacemos en familia, era Eclesiastés 8:1.

Qué maravilloso es ser sabio,

    poder analizar e interpretar las cosas.

La sabiduría ilumina el rostro de una persona;

    suaviza la dureza de sus facciones.

Eclesiastés 8:1 NTV

Fue un momento maravilloso. Le pedí a mi hijo que lo leyera, e inmediatamente se echó a reír. Sus facciones se suavizaron y supe que comprendió que la sabiduría vendría si era capaz de analizar esto y ponerse las gafas de una educación cristiana en ese momento.

Una de las preguntas mas recurrentes de las familias que quieren educar en casa es ¿Qué material escoger?¿Qué libros? ¿Qué materias? ¿Qué enfoque? Sería muy práctico decir una lista de cosas y todos tranquilos, pero recuerda que educar en casa no es solo lo académico. Es toda una formación de cosmovisión, de carácter, de personas. Podemos tener recursos académicos muy buenos pero no olvidemos que estamos todo el tiempo expuestos a influencias, libros, videos, conversaciones etc., que necesitamos ser capaces de evaluar, y si nuestros hijos no son capaces es por una razón: no conocen la verdad que les indica si las ideas que les transmiten son adecuados o no.

Entre más te dediques a enseñarles los principios de Dios y se ejerciten en ello, cada vez podrán identificar mas fácilmente las afirmaciones que reciben de afuera y podrán juzgarlas rechazando lo malo y reteniendo lo bueno. Y por la misericordia del Señor, si nuestros hijos le aman a El, el resultado será aborrecer el mal y su alma será protegida de quienes les quieran hacer el mal (salmo 97:10).

Me alegra que cada vez más en mi hogar se oye a los hijos diciendo «mami, esto sí tiene principios Bíblicos». Pero sé que algún día no estaré yo para comprobarlo; estarán solos ante Dios dando cuentas por sus propias decisiones.

Natalia Díaz

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