A principios del año 2016 nuestra familia estaba empezando la aventura de «Educar en casa». En ese camino aún nuevo para nosotros comenzamos a asistir a varias actividades para los niños, y específicamente en una de ellas, un taller de robótica, me encontré con Natalia Díaz. Ella no era una persona recién conocida para mí, mi memoria fotográfica me permitió inmediatamente reconocerla y ubicarla en mi cabeza como «la niña que cantaba hermoso en mi colegio.»
Coincidimos también en natación y mientras nuestros hijos nadaban las dos podíamos charlar e irnos conociendo. Para ese entonces las dos familias teníamos 3 hijos.
Un día Natalia me propone reunirnos para hacer algo de refuerzo al inglés con nuestros hijos. Sin pensarlo dos veces, acepté. Y sé que en ese momento no me imaginaba lo que significaría este encuentro para nuestras vidas. Hoy en día recordando nuestra historia de amistad, mi esposo Andrés y yo, damos gracias a Dios por la oportunidad de tener a la familia Daza Díaz en nuestras vidas.
Nos reuníamos los viernes en la mañana intercambiando casas. Cuando era en mi casa, preparaba yo la actividad y cuando era en la casa de Natalia, la preparaba ella. Hablábamos en inglés 100%, hacíamos alguna actividad, compartíamos las onces y jugábamos. Este espacio se volvió muy importante para nosotros, los niños esperaban con alegría el encuentro con sus amigos Daza Díaz y en algunas ocasiones pasamos todo el día con nuestros esposos incluidos. Nuestras familias compartían también en diferentes entornos de aprendizaje y diversión tales como: futbol, equitación, club de ciencias del Jardín Botánico de Bogotá, talleres de robótica y de cocina.
Hoy podemos decir que hemos crecido como familia junto a ellos y no solo en número, pues ya los Daza Díaz son 6 y los Villamizar Saiz 7. Hemos aprendido de los Daza Díaz muchas cosas. Para nosotros ellos son un referente de familia que educa en casa con Dios como su eje y motor central. Además nos han recalcado el principio y motivo real de la educación en casa: Dios, la familia como proyecto de vida y los valores. Durante la experiencia de educar en casa muchas familias nos preocupamos de lo meramente académico y competitivo, y los Daza Díaz en esos momentos han sido nuestro polo a tierra en recordarnos la esencia real de este proyecto. Sus consejos, su experiencia y abrir el corazón al diálogo en momentos de duda, nos han ayudado siempre.
Compartir el mismo pensamiento y vivencias acerca de la importancia de la unión de los esposos que van hacia una misma meta como faro de los hijos en la educación en casa ha sido gratificante, no estamos solos.
Los Daza Díaz contagian la pasión por educar en casa. Gracias Dios por esta familia tan maravillosa, porque encontramos unos amigos y encontramos un tesoro.
Nati Saiz y Andrés Villamizar