Razones para educar en casa. (#5 Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje)

Todo lo que vemos a nuestro al rededor muestra individualidad. Tan solo mirar la naturaleza, las flores, los animales, lo que sea que veamos muestra que no hay dos cosas exactamente iguales en la creación. Lo que tienen en común las especies (y también la raza humana) es al Creador. Y por eso, hay características parecidas, diseño y propósito definidos.

Cuando Dios creó al primer ser humano dijo:

26 Hagamos al ser humano

    a nuestra imagen y semejanza…

27 Y Dios creó al ser humano a su imagen;

    lo creó a imagen de Dios.

Hombre y mujer los creó,

Génesis 1:26,27

El diseño de Dios fue crearnos hombres y mujeres con características que lo reflejen a Él (imagen) y que se le parezcan (semejanza). Esta verdad define el valor y dignidad que tiene cada persona en el planeta. Todos con el mismo valor, pero diferentes. ¿Y en qué diferentes? en las características fisicas, dones, talentos y carácter. Esta individualiad se extiende a las formas de aprendizaje de cada uno; ya vamos entendiendo por qué cada hijo es tan distinto aunque sea criado en la misma familia, por qué aprenden de maneras no iguales y a diferente ritmo.

La educación cristiana en casa se fundamenta en esto precisamente. En discipular a cada hijo, conocerlo e ir orientándolo en su camino individual. Aunque hay un conocimiento general de las cosas, cada uno aprenderá a un ritmo distinto y sobre todo en lo académico, respetar este ritmo es escencial para que los resultados sean buenos. Entristece saber de algunos niños escolarizados de 12 años que no saben leer bien, pero que pasaron grados escolares validando la materia y supuestamente pasando unos logros pero en realidad no hubo aprendizaje. O cuando se pretende avanzar en las matemáticas cuando los fundamentos de la aritmética no se dominan… ¡qué error! y al revés, niños que aprenden y comprenden mas rápido, quieren avanzar pero pierden interés porque deben «esperar» a que los demas pasen o terminen para poder seguir adelante.

El sistema escolar moderno es un grupo de niños que aprenden 1. Lo mismo 2. En el mismo momento y 3. Con el mismo resultado.

La educación cristiana es educar al individuo 1. Formando carácter 2. En todo momento y con propósito individual 3. Se manifiesta de distintas maneras y registros.

En la medida que los padres entendamos las necesidades que cada hijo tiene en términos de formación de carácter, y los ayudemos a ir descubriendo y avanzando en el propósito individual que Dios tiene para cada uno de ellos, será más sencillo «desescolarizarnos» y pensar de maneras mas flexibles y sin afán. No estaremos movidos por «tiene que pasar el año y completar unas lecciones» sino por «Mi hijo ha de crecer en estatura, conocimiento y gracia para con Dios y con los hombres» (Lucas 2:52). Entendemos que su educación es un proceso individual y que respetando su ritmo de aprendizaje y crecimiento, se obtienen verdaderos y buenos frutos.

Natalia Díaz

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